EXPERIENCIA SUPRAFISICA
Este fin de
semana he estado en mi castillo disfrutando una vez más de la noche estrellada.
Allí practico algunas meditaciones de experiencias extrasensoriales que en
ciertas circunstancias se pueden realizar. Quiso el azar que un sapo pasara
delante de mi posición estática invitándome a que le siguiera.
La mejor
manera de trabajar la mente en estas circunstancias es la de utilizar nuestra
estructura cerebral más compleja y para ello debes introducirte en cierta parte
del cerebro del animal que ocupas durante un tiempo limitado. Esta experiencia
se puede hacer con otras estructuras como son los vegetales, minerales o soles.
El sapo tenía una misión doble, por un lado buscaba comida y por el otro estaba
atento a que algún depredador no diera cuenta de tan suculento plato. Yo
aproveché la situación.
Curiosamente
en estas circunstancias nuestra limitada mente humana, mientras ocupa otro ser
sintiente, consigue decodificar un volumen de información infinito. La noche
estrellada se convierte en un universo con leyes matemáticas que te transportan
del principio al fin de la historia de la existencia que nosotros como humanos
desconocemos. El nivel de conciencia deja de ser el habitual con sus
limitaciones habituales y llega a transcender lo material y transitorio.
Llegas a ser
consciente de una existencia no humana que te lleva a comprender cualquier
causa. Todo son sensaciones y te das cuenta que dentro de ti llevas el
conocimiento que por medio de la voluntad obtiene respuestas. Nada escrito
sirve en esta experiencia, ningún relato puede ayudarte a interpretar, ningún
humano se cruza en tu camino, el nacer y el morir son instantes tan intensos
como una sencilla respiración.
El tiempo
limitado de mi experiencia tocaba a su fin, de nuevo en mi castillo con el cielo
estrellado y el sapo había desaparecido. Mi viaje al lugar donde no hay materia
había concluido una vez más y el libro de conocimientos adquiridos volvía
escrito con más líneas invisibles a los ojos humanos que no quieren ver.