PRINCIPIO ANTROPICO
La mansedumbre apócrifa desata
ensoñaciones no transmisibles en situaciones de vigilia. Podemos utilizar alta
concentración o forzar a nuestro organismo a utilizar hormonas dormidas en la
mayoría de los humanos. Nunca se deben utilizar drogas externas que pueden
alterar nuestro organismo, sino utilizar las que ya disponemos en nuestra propia
naturaleza humana. Para eso debemos ser conscientes y conocer muy bien la
fisiología del fractal de nuestro organismo pues es la base de cualquier construcción
en el universo.
He experimentado en condiciones
extremas lo que se denomina el principio antropico. En cualquier circunstancia
lo hacemos sin darnos cuenta, pero si somos conscientes de la situación podemos
dar el paso siguiente que nos equipara a la divinidad cuántica que es la que
controla el universo visible mientras disponemos de cuerpo y mente humanas.
El principio antropico dice que el
mundo es necesariamente como es porque hay seres que se preguntan por qué es
así. Me he hecho esta pregunta muchas veces, es más, utilizo este
cuestionamiento como soporte de meditación prácticamente único y dejo de lado
la utilización de objetos materiales por todos conocidos. Cualquier discurso de
nuestra mente no sirve para encontrar la respuesta porque somos la respuesta.
Si nos basamos en este principio
nuestra existencia puede ser la explicación que satisfaga a muchos humanos.
Pero si seguimos indagando conseguimos respuestas a cualquier pregunta vital.
Un ejemplo claro es saber el por qué de la necesidad de la existencia de una religión,
de un Dios revelado o de una iniciación esotérica, por poner ejemplos
existencialistas. Esta es la cuestión, negar estos hechos en la propia existencia
humana nos lleva al desequilibrio constante y a un determinado principio
antropico que puede ser más o menos fuerte. Es posible que ninguna iniciación
humana sirva para nada y eso daría respuesta a las múltiples bajas en ciertas
organizaciones iniciáticas o al fracaso de las religiones inventadas por los
humanos.
Las variables vitales y las mentes
no ejercitadas son los condicionantes que nos hacen creer que nuestra
existencia es lineal, pero algo tan simple como la necesidad de irnos a dormir
cada día contradice este tipo de existencia. La pérdida de conciencia mientras
dormimos es un entrenamiento para el momento de morir, es un aviso de lo que
hay. Ahora bien, si queremos saltarnos este entrenamiento innato podemos dar el
salto y ser conscientes del principio
antropico que como un oxímoron nos dice que somos muertos vivientes.
Transcendiendo un poco más podemos
llegar a lo que se llama el principio antropico cosmológico y saborearlo como
el mayor de los placeres que puede soportar una mente entrenada. Ser consciente
de una manera no ilusoria de que todo está preparado para que existamos nos
lleva a la realidad virtual de que el universo es un juguete para nuestra
distracción existencial pero no es el universo real del que procedemos y al que
volvemos al perder la condición de humanos.
Ante estas realidades constatadas,
cuestiones nimias que plantean algunos humanos sobre temas de religión,
política, nacionalismos, etcétera, se convierten para una mente entrenada en
juegos infantiles que aunque observados en la distancia no dejan de ser
circunstancias lineales para mentes no despiertas. Si realmente estás iniciado
mas allá de este mundo concreto, ha llegado el momento de desencarnarse y dar
el salto evolutivo. La mente concreta no quiere irse de su particular paraíso
pero la realidad esencial que comprende el salto al vacío nos ayuda a pasar al
siguiente destino evolutivo.
La única iniciación valida es
interior, se recibe dentro de uno mismo en un viaje a un lugar muy lejano. Se
recibe individualmente, no hay maestros que te enseñen nada, no existen grupos
ni hermanos, no hace falta afiliarse a nada. Es irreversible, eterna, consciente
con el mundo real. Cuando caminas por este mundo que es virtual llegas a
reconocer quien la ha recibido. Algunos ya nos hemos reconocido. Lo demás son
pasatiempos.