MAKARA
La lanza doblada enlaza las físicas
lentas con las espirituales serpientes del espacio anterior al nacimiento. La mayoría
de los seres humanos se preocupan por lo que hay tras la muerte pero pocos
intentan saber su origen cuando en realidad es más fácil recordar lo ya vivido
que lo que ha de suceder.
El descenso del alma forma parte
del pacto existencial con el que individualizamos nuestro Ser para que siga su evolución.
Como el mítico Prometeo ofrecemos el cuerpo al buitre para que día tras día sea
consumido y regenerado eternamente como nos ocurre en esta virtualidad
existencial sensible llamada vida con un fin que la mayoría de los mortales
desconocen.
La espiral primordial o principio
de los remolinos nos empuja a una existencia llena de probaturas con un fin de armonización
que la mente concreta no llega a comprender. Solo aquellos que han traspasado
el velo de los moradores y han probado el fuego de los dioses se liberan de los
corsés estigmatizados por corrientes de pensamiento humano con menos valor
transcendente que la vida de las mariposas, suponiendo que haya algo en el
universo que no tenga un marcado fin.
A través de los tiempos mentes
bienintencionadas o iluminadas han querido transmitir a los humanos los pasos
que liberan de la ignorancia sin conseguirlo porque el universo real
transciende a los skandhas y solo por medio del retiro y el silencio se puede
dejar que el cocodrilo se manifieste.
El makara es un signo etéreo e
interno que cuando se puede entrar en la caverna del oso su luz disipa los
temores que cualquier humano puede tener. La llama de la luz constante se
produce en cuanto se anulan los sentidos que nos conectan con la realidad virtual,
a la que nos acostumbramos para sobrevivir en este universo, pero que en el universo
real nuestra mente concreta no puede percibir lo mismo que aquí y solo a través
de símbolos muy extraños puedes abrirte camino entre seres desconocidos sin
forma.
De qué sirven los actos teatrales
alrededor de creencias inventadas por el ser humanos si no es para sustituir la
realidad con fenómenos compuestos que nada tienen que ver con las armonías
primordiales que como una serpiente nos integra para nacer en este mundo. Lo humano
desaparece en el tiempo y en el espacio, solo hay posibilidad de traspasar al
otro lado por medio del conocimiento o de la muerte física. No es necesario que
otro ser humano te conceda la llave del cocodrilo, si eres capaz de hacer tu
pentagrama en todas las dimensiones te sorprenderás del resultado y podrás desprenderte
de la piel del cordero.