LA VIDA CAMBIADA
Lo importante de la vida no es lo que nos encontramos cada día como hechos consumados. Parece como si la política y la religión fueran los corsés que nos sujetan toda la vida poniendo a cada uno a jugar un rol que bien pensado no hemos escogido. Nacer en una región u otra nos convierte en ciudadanos con unas ideas preconcebidas que no transcienden más allá de nuestra muerte. Lo mismo pasa con la religión, según la familia donde se nace nos toca, de entrada, adorar a un dios u otro. Pero la realidad es otra. Antes de nacer no hay religiones ni políticas, somos seres inmortales que en nuestro proceso evolutivo vamos a pasar por un estado necesario si queremos avanzar en nuestra integración universal. Tras el nacimiento los condicionamientos transversales que integran familia, espacio y tiempo, nos hace vivir marcados por una situación u otra. El principio de los remolinos, el rashit ha galgalim, nos lleva a través de los fractales a la consecución de un fin que solo somos capace...